martes, 19 de noviembre de 2013

cosas de mi infancia parte 3 (mañanas soleadas)

Los primeros rayos de sol despuntaban entre la niebla de la gris mañana. El paisaje antes decaído recobró vida con un brillo especial que todo se iluminara a mis ojos. Lo detestaba.
No soportaba separare de las inspiradoras brumas frías, recuerdos de tantos inviernos que ya forman parte de mi.
Lo que más me molestaba del sol es que ese brillo que daba alegría y vida a las cosas viniera del más sobrecogedor silencio de un astro inerte atrapado en el fuego que le envolvía. Lo sin vida da la vida, que ironía. Sin embargo las nubes, la bruma, el mar, se movían entre nosotras, incomprensibles musas, dejando en nuestra piel sensaciones inolvidables, descargando sobre nosotros melancólicas gotas ¿Quien no sabe que esta vivo cuando se le presenta una tormenta?
Detesto la calma, nos atonta, nos ablanda, nos somete. En todos esos brillantes días en mi cabeza llueve, me mantengo alerta cuando no se oye ni el viento.

Poemas cortos

Luna:
En la noche oscura
te vi reflejada en la luna
me sonreías
¿que me decías?
me quedo con la duda

Olvidas:
Ya no me miras
me dejas
me esquivas
y antes de que te des cuenta
me olvidas

Corazón:
Mi corazón palpita cual máquina desenfrenada
la pasión lo evita
y se queda sin nada


Cosas de mi infancia parte 2 (farsa)

Dicen que escribir sirve para limpiar el alma y yo ahora la siento más negra que nunca, por el mismo motivo, ella, ella, ella, ella ,incomprensible criatura que hace que me traicione la razón. Ese ser ahora mismo ha cambiado y bajo su lengua viperina se esconden las palabras más hirientes.
Dice haber sufrido por amor, que la han utilizado. Ella no sabe lo que es sufrir, que te utilicen como su muñequita particular. Y aún así finge que a importo y sigue ahí el alambre de espino que me ata a su piel azabache, ansiosa por poseerla, por que rinda su cuerpo desnudo ante mi como ha echo con todos esos hombres de los que se jarta y en el fondo la desprecian. Me oprime el pecho cada vez que habla, con tono de casanova de sus conquistas. Y niega que me engañó y que me engaña, niega que por un momento fue tan inexperta y vulnerable como yo, la sigo la corriente dejándola escapar de mis garras justicieras.
Sé lo que eres, damisela ignorante, se tus trucos y tus miedos pero tu no sabes nada. No te das cuenta lo que me cuesta aguantar sin poder besarte y decirte que te amo una y otra vez al oído un segundo antes de que mi cuerpo se desintegre pr tu rechazo y vuelva a caer en el pozo de la desesperación y el olvido. 
No se si será mejor acabar con esta farsa a la que asisto de protagonista espectador.