Dice haber sufrido por amor, que la han utilizado. Ella no sabe lo que es sufrir, que te utilicen como su muñequita particular. Y aún así finge que a importo y sigue ahí el alambre de espino que me ata a su piel azabache, ansiosa por poseerla, por que rinda su cuerpo desnudo ante mi como ha echo con todos esos hombres de los que se jarta y en el fondo la desprecian. Me oprime el pecho cada vez que habla, con tono de casanova de sus conquistas. Y niega que me engañó y que me engaña, niega que por un momento fue tan inexperta y vulnerable como yo, la sigo la corriente dejándola escapar de mis garras justicieras.
Sé lo que eres, damisela ignorante, se tus trucos y tus miedos pero tu no sabes nada. No te das cuenta lo que me cuesta aguantar sin poder besarte y decirte que te amo una y otra vez al oído un segundo antes de que mi cuerpo se desintegre pr tu rechazo y vuelva a caer en el pozo de la desesperación y el olvido.
No se si será mejor acabar con esta farsa a la que asisto de protagonista espectador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario