Un día nos montamos en un tren
no teníamos nada mejor que hacer
que putear y que beber
Paseamos la mirada
buscando la victima
de nuestro amor fatal
Sacamos nuestras pócimas
con intención sexual
El ser no se podía imaginar
que le íbamos a matar
sus ojos se volvieron negros
mientras su alma abandonaba el cuerpo
esbozó un sonrisa
y su vida se marcho
en nuestro brazos ya muertos
Nuestro amor fatal no podía imaginar
que su trayecto aquí no iba a acabar
y que al infierno directo va
con todas nosotras
hagamos sexo anal
Ya en el aquelarre
nos atrae la santa bacanal
que de nuestros fluidos renazca
en el nombre de Satan
No hay comentarios:
Publicar un comentario